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La revolución silenciosa del cerebro femenino en Perimenopausia.

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  • 08/06/2025
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Hay algo que muchas veces no nos cuentan sobre la Perimenopausia: que no sólo cambia nuestro cuerpo, también cambia nuestro cerebro. Y no, no es sólo esa famosa “niebla mental” que a veces nos hace sentir desconectadas, lentas o despistadas. Lo que está ocurriendo dentro de ti va mucho más allá de una simple pérdida de concentración. Se trata de una transformación profunda, silenciosa y, en muchos sentidos, poderosa.

Cuando el cerebro se reconfigura.

Durante la Perimenopausia, el descenso de hormonas como el estrógeno y la progesterona no sólo afecta al ciclo menstrual o al estado de ánimo: también remodela el sistema nervioso. El estrógeno, por ejemplo, es esencial en la comunicación entre neuronas, por eso su disminución puede generar esa sensación de desconexión, dificultad para organizar ideas o tomar decisiones.

Pero aquí está la clave: este aparente “desequilibrio” no es una fallo. Es una reconfiguración. Nuestro cerebro se está reorganizando.

¿Qué está pasando en realidad?

El cerebro busca adaptarse a una nueva etapa vital. Y en ese proceso, activa rutas y zonas que antes estaban en segundo plano. Zonas como la amígdala o el sistema límbico, que procesan emociones, se vuelven más sensibles. Es por eso que puedes sentirte más vulnerable… o más conectada emocionalmente con lo que te rodea.

Lo que antes resolvías desde la lógica, ahora puede pasar por el tamiz de la intuición. Y aunque al principio puede desconcertarte, lo cierto es que esta nueva forma de percibir y sentir puede traerte respuestas más profundas, más auténticas.

Más creatividad, más intuición, más verdad.

Algunas mujeres descubren que en esta etapa florece una creatividad inesperada. Vuelven a escribir, a pintar, a crear, a tocar instrumentos o a emprender proyectos que llevaban años dormidos. ¿Por qué ocurre esto?

Porque cuando dejamos de invertir tanta energía en sostener el cuidado de otros (hijos, pareja, familia, carrera), empezamos a mirar hacia dentro, a preguntarnos: ¿Qué quiero ahora? ¿Qué deseo explorar? ¿Qué parte de mí quiere expresarse?

Y de pronto, esa energía creativa encuentra una rendija por donde salir. Y lo hace con fuerza, como si llevase años esperando su momento.

Del olvido al descubrimiento.

Claro que hay despistes. Claro que hay días en los que te cuesta recordar por qué entraste en una habitación o qué ibas a decir. Pero incluso esos momentos son parte de un proceso de reorganización. El cerebro está dejando atrás automatismos para abrir espacio a nuevas formas de percibir, de priorizar, de estar en el mundo.

No estás perdiendo capacidades. Estás ganando perspectiva. Estás soltando lo que ya no necesitas para hacer hueco a lo que ahora sí importa.

Una invitación a reconectar contigo.

Esta etapa es un umbral hacia una forma distinta de vivirte, más sabia, más libre y más alineada contigo misma. Lo que antes te definía puede estar cambiando, y eso es difícil de procesar, pero a la larga, llegará a ser una liberación.

Así que la próxima vez que te sientas un poco “fuera de juego”, recuerda: tu cerebro está haciendo espacio para que te reencuentres contigo misma. Con tu deseo. Con tu creatividad. Con tu verdad.

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